jueves, 29 de octubre de 2009

Mi análisis de FoG

Después de un tiempo jugando al Field of Glory (FoG), cada vez me gusta más. Aunque es bien cierto que es un Wargame destinado más a torneos que a partidas individuales, como señalan muchos jugadores, también lo es que se puede jugar una a una sin la menor complicación y pensando más en pasar un buen rato que en los puntos que vas a conseguir, cosa que a mí me ha importado un pito toda mi vida.

He sacado algunas conclusiones que, para mí, son muy interesantes y que he empezado a integrar en los diferentes ejércitos que tengo (pensar, comprar, pintar y finalmente, ponerlas en juego, que para eso están):

1ª) La importancia de los hostigadores, especialmente, la caballería ligera. Tienen una función que creo esencial en este wargame y que tiene mucho que ver con su función real en los campos de batalla de la antigüedad (dentro de cierto margen, claro está). La ralentización de las tropas enemigas o llevar a aquellos BG´s especialmente peligrosos al sitio que tú quieras, haciéndoles perseguir tropas "prescindibles" y abriendo huecos por donde amenazar al resto de sus tropas. Si bien son tropas de importancia, una vez concluido su trabajo, para atrás y fuera del combate, no vaya a ser que se coloquen en situaciones que te obliguen a testar o que te atraviesen en sus huidas. Mucho mejor la caballería ligera con armas de disparo (como arcos) para poder incordiar lo máximo posible y poder huir con cierta facilidad ante los BG´s enemigos. Los hostigadores a pie, útiles, hasta que incordien, entonces fuera de la línea de batalla.

2ª) La importancia de la escenografía toma un especial cariz en este wargame. Una mala elección al colocarla o, lo que dicte la suerte, puede frustrar todos tus planes antes de empezar. Si bien tener mayor o menor iniciativa al inicio del juego es algo relativo (cuestión de dados al final) el poder elegir, dentro de lo que cabe, da cierta ventaja al jugador atacante, pudiendo decidir el tipo de terreno y los elementos a disponer en el campo de batalla antes que el defensor. Eso sí, unas malas tiradas de dados en la colocación de los mismos, y al garete todas tus ideas. Por lo demás, mientras no te pillen en terreno complicado para los diferentes tipos de tropas, un mal campo de batalla tampoco es el final, pero todo depende del ejército al que te enfrentes y la velocidad que tengas en sortear los obstáculos. La elección, por tanto, de un general inspirado (IC) es una buena elección si piensas en las probabilidades de elegir, pero muy caro a la hora de poder integrar un BG más, con los puntos que te ahorras y poner a otro de menor categoría. Como siempre, cuestión de gustos y de estrategias.

3ª) Las mejores tropas, según muchos "expertos wargameros", son los piqueros y los caballeros (algunos torneos las han prohibido específicamente, no sé porque, la verdad). Como en todo juego, cada tropa tiene su contraparte y ninguna, creo yo, que es el rey del campo de batalla. Unos piqueros contra unos legionarios, lo pueden pasar muy, muy mal. Y unos caballeros frente a hostigadores o caballería con arcos, te pueden llevar por el camino de la amargura. Eso sí, como los pilles, que se olviden y recen lo que sepan. Tropas con poca pegada al combate te pueden fastidiar tu estrategia de la misma forma que una carga inesperada y es por eso de las diferentes teorías de que ejército llevar al combate. Los que te dan facilidad de escapar y jugar con las tropas del enemigo pero con pocas posibilidades de romper y los diseñados a hacer el máximo daño posible, que suelen ser lentos y poco maniobrables. Llevarlos al combate puede ser tedioso, pero ya llegarán.

4ª) El tiempo de juego suele ser largo. Una partida de FoG no es algo rápido y no se decide nada en una hora/hora y media de juego. Desde la elección del terreno, de las tropas, el inicio y hasta el final, pueden transcurrir, fácilmente, 3 ó 4 horas. Quizás por eso, creo que refleja muy bien el “tempus” de la batalla. Como se mueven las diferentes unidades y el tiempo que tardan unas y otras en llegar al combate. Eso puede ser frustrante al comienzo, pero con dedicación y saberse las reglas, el tiempo disminuye y, como en todo, se aceleran los trámites entre turnos. Pese a que tres horas puede ser mucho tiempo, a mí se me pasan volando.

5º) La elección del ejército con el que jugar depende un poco lo que busques. Hay buenos ejércitos muy competitivos en torneos si vas buscando puntos pero que gusten poco, al menos a mí. Creo esencial elegir un ejército que te guste a ti, con el que te sientas identificado, que te guste pintar, la excusa que quieras, que por muy poco competitivo que sea, cualquiera puede dar guerra a otro y, al final, como todo juego, lo suyo es pasarlo bien y si ganas, pues mejor que mejor. Yo soy más de infantería y mis ejércitos están más enfocados hacia sus tácticas, lo que no quiere decir que tenga a un medieval castellano con muchos caballeros y caballería ligera para dar guerra por todo el terreno. Si ya vas a los torneos, se suelen elegir otros ejércitos que pueden, o no, coincidir con tus gustos, que lo suyo es ganar, no solo participar, jaja.

En fin, que creo en este juego y como he comentado, cada vez me gusta más. Sus sistemas de movimiento, cargas, combates cuerpo a cuerpo, test,..., me parecen bastante adecuados, como todo en la vida, mejorables (que es cuestión personal de cada uno), pero en resumen, muy bien configurados en conjunto. He aprendido mucho en los últimos meses con auténticos maestros de la estrategia y poco a poco, he ido configurando a mis tropas, reforzando aquellos puntos que creía más flojos. Quien sabe que deparará la próxima partida y de si me acordaré de las tropas que he sustituido, pero en esto consiste esto, probar, jugar, disfrutar y ganar, pero sobre todo, tener buenos amigos con los que disfrutar unos buenos momentos de “relax” y diversión.

Al final, como dijo Thomas Carlyle: “Puede ser un héroe lo mismo el que triunfa que el que sucumbe, pero jamás el que abandona el combate”.

3 comentarios:

Erwin dijo...

Me parece alucinante que se prohíban determinadas tropas en un torneo. ¿entonces no puedes participar con un macedónico?
Cuando la competición o competitividad alcanza ese punto apaga y vámonos.

Rafael Rico dijo...

Opino lo mismo que tú. Ya se hacen muchos torneos específicos sobre períodos concretos de la historia, pero prohibir en un torneo abierto a todas las épocas ciertos ejércitos por tener tropas que se consideran las "imbatibles" en un campo de batalla, me resulta inconcebible.

Pedro dijo...

Reconozco que nunca me han gustado los torneos. Nunca me he sentido tentado por esta rama del wargame. Y la verdad es que no me he sentido del todo cómodo en una batalla anacrónica, como son las que se suelen dar en estos eventos.

El torneo tiene sus cosas positivas y sus cosas negativas. Como positivo le reconozco el papel difusor que posee de nuestro común afición (que en el fondo jugamos todos a lo mismo). Suele ser la parte más vistosa y que más llama la atención: muchas mesas y muchas miniaturas siempre destacan. Y eso ayuda a asentar el hobby.

Pero como negativas...

Lo que me faltaba por oir es lo de los piqueros. No hay tropa imbatible, creo yo. Hablamos de tácticas, de estrategia, de coraje, azar, no de tropas invencibles.